Nuestra excursión seleccionada fue cachi bajo la recomendación de una conocida. tomamos desde la terminal un colectivo algo antiguo, digamos que bastante antiguo camino a este lugar.
El recorrido es de más de cuatro horas desde la capital (salta). Si van en auto, van a tener que hacer alguna paradita al costado a mitad de viaje dado que se asciende a más de 4000 metros de altura y los motores no aguantan. También les recomiendo mascar mucha coca. Allí en el norte todos coquean. Uno puede ver a los niños desde pequeños hacerlo, la gente adulta y los ancianos. Es una costumbre en la zona. Les permite soportar la altura y evitar mareos y el continuo cansancio.
Nosotros compramos la coca en el mercado central el día anterior pero tranquilamente pueden comprarla en los kioskos de la zona.
Así que previstos de las provisiones básicas emprendimos el largo viaje. Como verán en las fotos las vistas son espectaculares aunque es tedioso el viaje por las condiciones pseudoprecarias de los bus, un tanto antiguos.
Una recomendación no coman dado que durante el viaje suelen sentirse nauseas y baja la presión.Lleven coca e ibuprofeno!
Les comento que en Cachí hay un museo, las calles estan construidas con elevaciones y que el pueblito es pintoresco por lo que se percibe la humildad del lugar.
La gente es super agradable y sencilla y viven en gran parte de "nosotros" los turistas, dado que les venderán todo tipo de obsequios y recuerdos del lugar; ponchos, ceramica en general, manteles, pies de cama etc..
Cachí cuenta con servicios básicos, restaurantes con comidas típicas. Nosotros comimos en uno muy lindo. Rústico, sin pisos, sin aire acondicionado pero con un menú que te mostraban allí mismo como se preparaba. Optamos por niño envuelto con papas. Espectacular!
Los precios accesibles. El lugar cuenta con muchos locales de artesanias y de motivos acordes al lugar con muchos objetos de barro.
Después de almorzar recorrimos los alrededores del pueblo, conocimos su plaza principal, su río y terminamos sentados en la plaza comiendo un helado. Ya comidos y cansados de caminar tomamos nuevamente el colectivo que nos llevaría a la capital.
Al llegar a salta volvimos al hotel, comimos en una cantina a dos cuadras super económica y dormimos temprano con el fin de continuar recorriendo la provincia.
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